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A LA DIRECCIÓN DEL CENTRO HOSPITALARIO


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Yanina Diaz

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A LA DIRECCIÓN DEL CENTRO HOSPITALARIO…………….. 
 
 
 
 D/Dña………………………………………………………., con domicilio a 
efectos de notificaciones 
en………………………………………………………………………….., en 
representación de la ASOCIACIÓN/COLECTIVO 
…………………………………………… ante este centro hospitalario 
comparezco y, como mejor proceda en Derecho 
 
DIGO 
 
 PRIMERO.- Que este hospital está en plena campaña de vacunación 
contra la COVID-19 sin facilitar medidas relativas al consentimiento 
informado, vulnerando los derechos que los ciudadanos tienen como 
pacientes a ser informados siendo responsables médicos y enfermeros 
de este hospital por causas relativas a delitos contra la vida y la salud de 
las personas. 
 
La Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de 
derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica establece: 
 
Art. 2. - “La dignidad de la persona humana, el respeto a la autonomía de su voluntad y a 
su intimidad orientarán toda la actividad encaminada a obtener, utilizar, archivar, custodiar y 
transmitir la información y la documentación clínica.” 
 
• “Toda actuación en el ámbito de la sanidad requiere, con carácter 
general, el previo consentimiento de los pacientes o usuarios. El 
consentimiento, que debe obtenerse después de que el paciente 
reciba una información adecuada, se hará por escrito en los 
supuestos previstos en la Ley.” 
 
• “Todo profesional que interviene en la actividad asistencial está obligado 
no sólo a la correcta prestación de sus técnicas, sino al cumplimiento 
de los deberes de información y de documentación clínica, y al 
respeto de las decisiones adoptadas libre y voluntariamente por el 
paciente.” 
 
 
 
El Art. 4 de la misma Ley de Autonomía del Paciente (Ley 41/2002), dice: 
 
• “Los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier 
actuación en el ámbito de su salud, toda la información disponible 
sobre la misma (..) La información, que como regla general se 
proporcionará verbalmente dejando constancia en la historia clínica, 
comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada 
intervención, sus riesgos y sus consecuencias.” 
 
• “El médico responsable del paciente le garantiza el cumplimiento 
de su derecho a la información. Los profesionales que le atiendan 
durante el proceso asistencial o le apliquen una técnica o un 
procedimiento concreto también serán responsables de informarle.” 
 
SEGUNDO.- Se tiene por conocido que este hospital está incumpliendo 
la mencionada Ley de Autonomía del Paciente, aplicando instrucciones 
administrativas internas de dudosa validez legal, en la que están participando 
médicos y enfermeros y que muchos de sus profesionales de categoría inferior, 
se encuentran coaccionados (delito de coacción del art. 172 del Código 
Penal), con la posible pérdida de su trabajo. Tal como hemos recibido en este 
sentido por profesionales sanitarios en innumerables declaraciones. Y que la 
imposición de métodos, tales como la PCR, o la vacunación, cuya validez ha 
quedado en entredicho, y esta segunda, siendo observable, el aumento de los 
casos de ingreso en uci con pauta completa de vacunación, y lejos del rédito 
económico que supone la imposición de estas para la industria farmacéutica y 
para los titulares médicos que en esta participan, se ha convertido en un modo 
de fraude contra los derechos reconocidos en la propia ley de Autonomía del 
Paciente, y contra la propia Constitución Española, lejos de su eficacia real, 
produciendo una lesión de los derechos fundamentales, especialmente contra 
la vida. 
 
TERCERO.- Y que por estas prácticas, se ha excluido a pacientes de 
las listas de cirugía y atención sanitaria, produciendo incluso la muerte, y se ha 
sometido coactivamente vulnerando los derechos a la libre elección y derecho 
a la información sanitaria, siendo ustedes posibles autores de DELITO DE 
ABANDONO DEL PACIENTE del art. 196 del Código Penal y DELITO DE 
GENOCIDIO, del art. 607 del Código Penal. 
 
Por ende, no sólo están incurriendo los titulares de este Hospital en delitos con 
PENA DE CÁRCEL, por actuar en contra los derechos fundamentales de las 
personas; Derecho contra la vida (art. 15 CE), contra la dignidad y no 
discriminación (art. 14 CE), derecho a la información (art. 20 CE), sino, 
además, incurriendo en penas que comprenden, la reparación del daño y la 
inhabilitación profesional de por vida de los responsables. 
 
 
 
CUARTO.- Ustedes han estado actuando en contra de la ética 
profesional, la cual juraron cumplir como protectores de la salud pública de 
los ciudadanos. El incumplimiento de estos derechos y un ataque a la vida, a 
la libertad y la dignidad de cada individuo, profesional o ciudadano, manifiesta 
una continuada mala praxis intencionada y una voluntad de causar daño. 
 
Que no sólo es conocida, la colaboración en estos delitos, sino que este 
hospital además no está respetando el carácter confidencial de los datos 
referentes a la salud de los ciudadanos, ya que nadie puede acceder a ellos 
sin previa autorización amparada por Ley, llegándose a facilitar de manera 
interna para la divulgación y discriminación social. (Art. 7 de la Ley 41/2002 de 
la Ley de Autonomía del Paciente). 
 
QUINTO. - Art. 8. Ley de Autonomía del Paciente sobre el 
consentimiento informado, el cual tampoco estáis practicando, afirma: 
• “Toda actuación en el ámbito de la salud de un paciente necesita el 
consentimiento libre y voluntario del afectado, una vez que, recibida la 
información prevista en el artículo 4. El consentimiento será verbal por 
regla general. Sin embargo, se prestará por escrito en los casos 
siguientes: intervención quirúrgica, procedimientos diagnósticos y 
terapéuticos invasores y, en general, aplicación de procedimientos que 
suponen riesgos o inconvenientes de notoria y previsible 
repercusión negativa sobre la salud del paciente.” 
 
Lo que está claro es que tanto la vacunación, como la prueba pcr, son 
procedimiento invasores al introducirse en el cuerpo de la persona: 
Procedimiento invasivo o invasor, se califica en la praxis médica como “aquél 
en el que el cuerpo es invadido o penetrado con una aguja, sonda, 
dispositivo o endoscopio”. 
 
Por tanto, siendo invasivos estos procedimientos, tanto la vacunación, como la 
prueba pcr, debe informarse por escrito al paciente de la prescripción médica 
personal y los posibles efectos. Y facilitar al ciudadano (no coaccionar como se 
está haciendo en este Hospital a cambio de incentivos económicos recibidos 
por el hospital de la administración y de las propias farmacéuticas). A efectos 
de que el ciudadano pueda elegir entre las diversas opciones, si aceptarlas o 
no de forma voluntaria, sin verse impedido o relegado a no recibir el servicio 
asistencial por el que tiene derecho en igualdad, dignidad y no 
discriminación (art. 14 de la Constitución Española). 
 
 
 
SEXTO.- El Art. 10 de la misma Ley de Autonomía del paciente estipula: 
El facultativo proporcionará al paciente, antes de recabar su consentimiento 
escrito, la información básica siguiente: 
 
a) Las consecuencias relevantes o de importancia que la intervención origina 
con seguridad. 
b) Los riesgos relacionados con las circunstancias personales o 
profesionales del paciente. 
c) Los riesgos probables en condiciones normales, conforme a la experiencia 
y al estado de la ciencia o directamente relacionados con el tipo de 
intervención. 
d) Las contraindicaciones. 
 
2. El médico responsable deberá ponderar en cada caso que cuanto más 
dudoso sea el resultado de una intervención más necesario resulta el 
previo consentimiento por escrito del paciente. 
 
SÉPTIMO.- A las personas, no es posible exceptuarlas de prescripción 
facultativa, en función de lo dispuesto en el art. 19 del Real Decreto Legislativo 
1/2015, de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de 
garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios; que 
establececategóricamente en su artículo 19.2 que: 
 
• “Estarán en todo caso sujetos a prescripción médica los medicamentos 
que se encuentren en alguno de los siguientes supuestos: “Artículo 19 
Condiciones de prescripción y dispensación de medicamentos (…) 2. 
Estarán en todo caso sujetos a prescripción médica los medicamentos 
que se encuentren en alguno de los siguientes supuestos: 
 
• a) Puedan presentar un peligro, directa o indirectamente, incluso en 
condiciones normales de uso, si se utilizan sin control médico. 
 
•b) Se utilicen frecuentemente, y de forma muy considerable, en 
condiciones anormales de utilización, y ello pueda suponer, directa o 
indirectamente, un peligro para la salud. 
 
• c) Contengan sustancias o preparados a base de dichas sustancias, cuya 
actividad y/o reacciones adversas sea necesario estudiar más 
detalladamente. 
 
•d) Se administren por vía parenteral”. Téngase en cuenta que estas 
vacunas se administran por vía parenteral, y están en fase de 
experimentación, luego es una sustancia cuya actividad y reacciones 
adversas es necesario estudiar más detalladamente, y sin duda alguna 
presenta peligros (miles de muertos y millones de efectos adversos en 
Europa), en condiciones normales de uso, utilizada, hasta ahora, sin control 
 
 
médico y cuya participación consciente ha sido por parte de los médicos y 
enfermeros responsables de este Hospital. 
 
OCTAVO.- En el hipotético supuesto que puedan administrarse estas 
vacunas sin prescripción médica, sería al caso aplicable lo dispuesto en el art. 
3.3 del Real Decreto 954/2015, de 23 de octubre, por el que se regula la 
indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos 
sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros; el cual indica lo 
siguiente: 
 
• “3. Salvo en aquellos casos en los que un paciente, en atención a sus 
condiciones particulares, precise de una valoración médica 
individualizada, la administración de las vacunas contempladas en el 
calendario vacunal y aquellas tributarias de campañas de salud que se 
determinen por las autoridades sanitarias, sólo precisará de la 
correspondiente orden de dispensación.” Y repito, sólo precisará de la 
correspondiente orden de dispensación. (No se elabora ninguna orden 
de dispensación por los enfermeros, al menos a la vista de los 
pacientes, inoculados como reses). 
 
 
Tampoco parece que se cumpla ningún protocolo que garantice la 
excepción prevista en ese mismo artículo, referida a la posibilidad de que un 
paciente, en atención a sus condiciones particulares, precise de valoración 
médica individualizada (lo que significa la prescripción facultativa). El 
personal de enfermería nada puede saber, sin preguntar al paciente –y no 
lo hacen-, sobre esas posibles condiciones particulares. El Art. 8 del citado 
RDL 1/2015 dispone lo siguiente: “(…) 
 
 
-4. Los remedios secretos están prohibidos. Serán considerados secretos 
aquellos productos respecto de los que se desconozca su 
composición y características. 
 
-5. Es obligatorio declarar a la autoridad sanitaria todas las características y 
propiedades conocidas de los medicamentos.” Muchos medios de 
comunicación han informado de que las empresas que fabrican estas 
vacunas se reservan el contenido exacto de las mismas, no desvelándolo, y 
excluyendo su responsabilidad ante posibles efectos. Caso de ser esto 
cierto, nos encontraríamos con la prohibición dispuesta en la norma 
antedicha. La única manera de saber si es, o no, cierto, consiste en requerir 
a la Agencia Española del Medicamento y Productos Farmacéuticos o al 
Ministerio de Sanidad la composición completa de estas vacunas. Aunque 
solo fuera por la colosal cifra de efectos adversos registrados por estas 
vacunas en Europa, merced al sistema Eudra Vigilance (de la Agencia 
Europea del Medicamento), bastaría para suspender cautelarmente la 
campaña de vacunación, como os solicitamos desde esta Asociación, 
a fin de seguir colaborando en la macabra actuación llevada a cabo durante 
más de año y medio. 
 
 
 
NOVENO.- Se sabe a ciencia cierta que tienen numerosas y graves 
reacciones adversas estas vacunas experimentales, y que los médicos de este 
hospital están achacando a otras patologías, cuando anteriormente todo lo 
relacionaban con el covid- 19, incluso permitiendo que no se realizaran pruebas 
forenses con tal de ocultar los datos exactos –incluyendo la muerte-, con miles 
de personas afectadas, según explica en su página web la Agencia Española 
de Medicamentos y Productos Sanitarios. Al efecto puede requerirse a la 
mencionada agencia para que informe de las cifras concretas actualizadas de 
defunciones y efectos adversos registrados. 
 
Pero es que, en este caso, a la abundante mortalidad y efectos adversos, que 
por sí mismos exigen la prescripción médica de estas vacunas, se suma un 
protocolo que parece especialmente destinado a aumentar los efectos 
adversos, al despreciar absolutamente la más mínima consideración a las 
“condiciones particulares” de los pacientes (art. 3.3 RD 954/2015). Los 
hechos antedichos podrían constituir un delito contra la salud pública de los 
previstos en el art. 360 del Código Penal, homicidio en múltiples variantes, 
lesiones, prevaricación, u otros, por parte del personal de enfermería que 
dispensa estas vacunas, y de las autoridades y funcionarios que participan en 
la campaña de algún modo, incumpliendo absolutamente las condiciones 
legales. 
 
Antes de donar sangre todos los aspirantes a donar realizan un rápido control 
de salud, verificado por un médico ¿No puede hacerse algo parecido con los 
vacunados? Lo cierto es que se debe, y la ética profesional lo exige, pero se 
está omitiendo e ignorando por completo, pese a ser obligado. 
 
DÉCIMO.- Por añadidura, y abundando en el misterioso contenido de 
estas vacunas (no es descabellado pensar que se trate de “remedios 
secretos”), se ha publicado en internet un informe elaborado por la Universidad 
de Almería en el que se afirma, con alta probabilidad de certeza, que las 
vacunas covid incluyen en su contenido óxido de grafeno y han sido muchos 
los sanitarios de su hospital los que están declarando los posibles 
componentes, reacciones y muertes a consecuencia de la vacunación, y la 
insistencia, en colaboración con los medios públicos, subvencionados por el 
Estado y de mano de la administración, la cual ha proporcionado bonificaciones 
a los médicos, y a través de las propias farmacéuticas, participando en este 
juego en contra de la ciudadanía, pese a conocer los efectos causados por 
estas medidas políticas (no sanitarias), que viene desde la ocultación de los 
verdaderos infectados por covid en cada fase, las defunciones reales por covid, 
y las defunciones reales por la vacunación. Siendo consecuencia de esto, que 
se haya promovido desde el año 2020 medidas restrictivas de derechos para 
toda la ciudadanía (toques de queda, o confinamientos ilegales, hoy declarados 
ilegales por el propio Tribunal Supremo y Constitucional respectivamente). Y 
otras actuaciones discriminatorias, como la coacción para la vacunación en los 
puestos de trabajos, centros como el suyo, centros escolares donde además se 
incentiva a los niños a esta “normalidad” discriminatoria y separatista de la 
sociedad entre inoculados y no inoculados y la colaboración interesada de 
médicos y medios de comunicación. 
 
 
 
La revista Discovery Salud incluye un artículo muy extenso y documentado de 
que numerosas personas han resultado magnetizadas tras la inoculación de la 
vacuna covid, sin que ninguna autoridad sanitaria haya dado explicación a 
ambos fenómenos. Hay numerosos artículos científicos que atribuyen al 
grafeno diversas patologías, que casualmente coinciden con las reconocidas a 
las vacunas por los organismos de control, con los que colabora este hospital, 
siendo cómplice, tanto del fallecimiento de personas, incluida de la represión 
social y vulneración de derechos como el derecho a la libertad demovimiento, 
libertad de expresión, dignidad de las personas, derecho a una información 
veraz, y, por supuesto, del derecho a la vida, entre otros, desde el inicio de esta 
crisis social, a lo largo de 2020 y 2021. 
 
 UNDÉCIMO.- Que, en lo concerniente a la práctica reiterara de 
imposición del uso obligatorio de la mascarilla, el Art.6.2 de la Ley 2/2021, 
de 29 de marzo, de medidas urgentes de prevención, contención y 
coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el 
COVID-19, en su redacción modificada por el Real Decreto-ley 13/2021, de 24 
de junio, dispone lo siguiente: 
 
 “Artículo 6. Uso obligatorio de mascarillas. 
 
 (…) 
 
 2. La obligación contenida en el apartado anterior no será exigible en 
los siguientes supuestos: 
 
 a) A las personas que presenten algún tipo de enfermedad o dificultad 
respiratoria que pueda verse agravada por el uso de la mascarilla o que, por 
su situación de discapacidad o dependencia, no dispongan de autonomía para 
quitarse la mascarilla, o bien presenten alteraciones de conducta que hagan 
inviable su utilización (...)” 
 
Que, resulta una constante que centros hospitalarios como el suyo no permitan, 
tanto a los profesionales con dificultades respiratorias, como a los pacientes 
que están exentos del uso de la mascarilla obligatoria, ejercer su derecho a no 
portar la citada mascarilla. 
 
 Esta práctica resulta contraria a lo dispuesto en el precepto legal 
mencionado anteriormente. Lo cual, supone una vulneración de la ley que, a 
partir de la presente, supondría un acto expreso de mala fe por su centro, 
ya que, desde este momento se les comunica expresamente la legalidad 
vigente. Y ello, a efectos de las posibles responsabilidades administrativas y 
penales que pudieran derivarse desde esta asociación y en defensa de los 
pacientes y trabajadores afectados. 
 
Que, por otra parte, en aquellos supuestos en los que sea el propio 
profesional, quien no permite ejercer este derecho a los pacientes, supone un 
abuso que no puede ser tolerado. Los profesionales, no tienen condición de 
 
 
autoridad. Por tanto, las instrucciones a los mismos en el sentido de no 
permitir a los pacientes exentos del uso de la mascarilla no portarla, supone 
que su centro hospitalario utiliza las condiciones para valerse de una 
superioridad que se plasma en impedir a los ciudadanos ejercer sus 
derechos con libertad. 
 
 Por tanto, por medio de la presente, les comunicamos que, de continuar 
esta práctica, nos reservamos nuestro derecho a interponer las acciones 
judiciales que correspondan, y ello, en aras exclusivamente de hacer valer los 
derechos de los pacientes que estén viéndose perjudicados por esta imposición 
fuera de lo permitido legalmente y en amparo de sus derechos humanos a la 
libertad, no discriminación y el derecho a la vida del propio individuo. 
 
No están permitiendo, tampoco, por parte de su centro hospitalario medidas 
alternativas, lo que supone una discriminación tajante frente a quienes 
ejercen sus derechos con libertad, por lo que se estarían vulnerando también, 
como hemos añadido, el artículo 14 de la Constitución Española. 
 
 Además, estas medidas consideramos que conllevan coacción. Siendo 
que, las referidas medidas no garantizan la seguridad sanitaria, ni del 
profesional ni del paciente exento, tal como se ha podido comprobar. 
Por tanto, consideramos que es un método soterrado de impedir el desarrollo 
laboral de los profesionales y de los derechos ciudadanos, a ser atendidos con 
normalidad por un sistema de salud que debe ser público e igualitario. 
 
Por tanto, resulta más lesivo el uso de mascarilla y el de la propia 
vacunación, cuando se conoce, que su uso, pueda causar más perjuicio 
que beneficio al propio ciudadadano, incluso, si no está recomendado, al no 
aplicarse por este hospital, juicio de proporcionalidad, tal como no se está 
aplicando en ningún caso. Siendo este conocimiento, causa bastante para 
considerarlo a usted responsable de un delito. 
 
 DUODÉCIMO.- En ese sentido, el Tribunal Constitucional ha indicado 
que es necesario un juicio de proporcionalidad como medio necesario para 
limitar los derechos fundamentales, los cuales gozan de un refuerzo 
garantizado por el encuadre constitucional en el que se encuentran recogidos 
(Título I, Capítulo II, Sección 1ª de la Constitución Española). Entre ellas, las 
SSTC 66/1995, 55/1996 y 2017/1996. En concreto, las SSTC 22/1981 y 
34/1981 han indicado al respecto la exigencia de una “relación razonable de 
proporcionalidad entre los medios empleados y la finalidad perseguida”. 
 
En lo referente a la vacunación, en España es un acto voluntario, y tiene la 
consideración equivalente a la administración de un medicamento. La Ley 
41/2002, reguladora de la Autonomía del Paciente, establece que el paciente 
- o sus progenitores, si el paciente fuera menor de edad- tienen derecho a 
 
 
decidir si acceden a que se le administre un medicamento previo 
consentimiento informado. Y tienen derecho a tomar decisiones de acuerdo 
con su propia y libre voluntad, y a revocar su consentimiento en cualquier 
momento. Además, el paciente menor de edad y sus padres tienen derecho 
no sólo a que los padres de estos últimos decidan conjuntamente sobre 
la salud de su hijo/a, sino a obtener toda la información posible sobre el 
fármaco previamente a que éste le sea administrado, así como sus 
potenciales efectos, tanto beneficiosos como adversos. 
 
 Pero es que además de lo expuesto, la elección del ciudadano de no 
someterse a la vacunación no puede dar lugar a actos discriminatorios ni 
persecutorios en tal sentido. Volvemos a reiterar que la elección es libre, no 
hay ley que obligue a ello, por lo que realizar actos dirigidos a conseguir 
mediante la presión de grupo, como se está haciendo, que las personas 
accedan a la vacunación, dará lugar a que tomemos las medidas legales 
oportunas. Y que, además, en el caso de su centro además ha vulnerado de 
forma sistemática el derecho reconocido en el art. 18.1 de la Constitución 
Española y la Ley Orgánica de tratamiento de datos de carácter personal 
(art. 4.2 RGPD y art. 5.1.t) RLOPD), por ser estos datos sensibles y 
privados, que no deben ser divulgados ni transmitidos por ningún medio. 
 
 Por ello, concluimos que este hospital ha cometido delitos contra la vida 
de las personas, y que de no abandonar la práctica de estas medidas, más 
aún, habiendo actuado sobre grupos de riesgo y especialmente vulnerables 
como embarazadas y haciendo en este momento una campaña agresiva 
para la vacunación infantil, con el riesgo de lesiones vitales, incluso 
fallecimientos, causa por la que serán juzgados por su responsabilidad. 
 
 
 Por lo expuesto, 
 
 SOLICITAMOS que, se tenga por presentado este escrito, y se acuerde 
por parte de su centro hospitalario permitir a los profesionales y pacientes 
exentos del uso de la mascarilla, ejercer sus derechos con libertad y plenitud, 
cesando así en cualquier medida de presión frente a los mismos y la 
discriminación implícita, no imponiéndoles métodos de coacción, ni medidas 
diferenciadoras en razón del principio de igualdad. Así como, no aplicar la 
coacción sobre métodos que deben ser elegibles por el ciudadano, como la 
prueba pcr, respetándose en todo caso el art. 18 CE, sobre el derecho a la 
intimidad y privacidad de los datos. Instamos, a que se haga valer el derecho a 
recibir por los pacientes consentimiento informado escrito en virtud de la 
Ley 41/2002 de Autonomía del Paciente, y, que su centro, en aras de 
protegerse de un mayor daño, ABANDONE DE FORMA INMEDIATA LA 
VACUNACIÓN, por ser esta obscura, y no estar al descubierto la composición 
de estas supuestas vacunas y siendo por como es, evidente, los efectos 
adversos múltiples que está produciendo sobre las personas, cuyas 
 
 
responsabilidades recaerán sobre el hospital por petición de la propia 
ciudadanía, por su participación directa. 
 
 De no hace caso aeste requerimiento, daremos seguimiento de esta 
solicitud por las vías necesarias, incluida la judicial, contra los responsables de 
este centro hospitalario. 
 
 
 
 
 En ……………………..……………. a ……de ……………… de 2021 
 
 
 
 
Firmado: