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Yosty Solano

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La ciencia ficción hispanoamericana: en los márgenes 
del credo católico
Nelson Darío GONZÁLEZ DÍAZ
University of Toronto
nelson.gonzalez@utoronto.ca
La ciencia ficción hispanoamericana dejó hace tiempo de ser un tema del otro mundo.
Como evidencia de esto podemos aludir al número creciente de disertaciones doctorales que
han sido escritas al respecto en la universidad norteamericana durante la última década1. Por
otra parte, una de las características más sobresalientes de esta producción literaria es la pro-
pensión por abrigar temas y símbolos religiosos, particularmente una gran variedad proce-
dente de la doctrina judeocristiana. Así, a medida que el corpus de la producción hispano-
americana se va precisando, se revela de forma cada vez más manifiesta el papel preponde-
rante que diversos rudimentos religiosos ejercen en esos textos. En la introducción a Cosmos
latinos2, una antología de obras latinoamericanas y españolas de ciencia ficción, el repetido
examen de motivos cristianos es una de las tres particularidades destacadas como puntales de
diferenciación entre la producción latinoamericana y la anglosajona, discernimiento que no
es siempre fácil debido a la profunda influencia que esta ha mantenido sobre aquella3.
Por otra parte, la inclinación por ahondar en temas religiosos se antoja como un he-
cho afín a toda producción de ciencia ficción, dada la naturaleza quimérica con que sue-
le ser calificado este género. Aún más, el ánimo especulativo que lo nutre y sustenta es
parte esencial de su definición, hasta llegar a ser su misma razón de ser4. Varios teóricos
han destacado que la acción de especular –de contemplar y jugar con la posibilidad de
otros mundos– engloba un discurrir mental que redunda necesariamente en arenas filo-
sóficas y religiosas5. En adición, el origen mismo de la ciencia ficción es valorado por un
segmento de la crítica como un suceso concomitante con transformaciones históricas en
estas materias. Stephen Clark, en su repaso histórico sobre algunos de los visos religiosos
más destacados en la ciencia ficción anglosajona, señala que el género en sí comienza con
emociones vinculadas a la Ilustración, es decir, con la euforia y el desespero originados
por «the dawning realization that the universe is immensely larger, older, grander, and
more forbidding than we had supposed»6. En consecuencia, Clark concluye que este gé-
1 Entre quienes después pasarían a publicar libros y artículos con base en ellas, se destacan Luis CANO, Rachel HAYWO-
OD FERREIRA, Juan Carlos TOLEDANO REDONDO, Yolanda MOLINA-GAVILÁN y Oscar GONZÁLEZ ROMERO.
2 Andrea BELL y Yolanda MOLINA-GAVILÁN, Cosmos Latinos, Middletown, Wesleyan University Press, 2003.
3 Tres son las características destacadas en esta introducción: «Latin American and Spanish SF’s generally “soft” nature and
social science orientation; its examination of Christian symbols and motifs; and its uses of humor», BELL, Cosmos cit., p. 14.
4 Speculative fiction es el nombre que en 1947 Robert HEINLEIN propuso para el género en su ensayo “On the Writing of
Speculative Fiction”. Un número considerable de críticos coinciden que este nombre cabe mejor al género que el de science fic-
tion, pero admiten que la consolidada difusión de esta expresión volvió en una empresa descabellada el intentar reemplazarla.
5 Son numerosos los teóricos en destacar el carácter utópico y religioso del género. Darko SUVIN considera que la uto-
pía es su origen. Carl FREEDMAN destaca su carácter redentor. Pablo CAPANNA considera que esta producción literaria es
análoga a los mitos platónicos, con la diferencia que la Edad de Oro se da en el futuro, y por eso los denomina de “po-
laridad inversa”: «la ciencia ficción no es ni menos (como pretenden los eruditos) ni más (como creen los entusiastas) que
la literatura: es a la vez más y menos que literatura y filosofía: es mito, pero mito construido a la manera platónica, que ha
tomado la forma de una literatura de masas por una exigencia histórica», Pablo CAPANNA, El sentido de la ciencia ficción,
Buenos Aires, Editorial Columba, 1966. p. 215. Cursiva del original.
6 Stephen CLARK, “Science and Religion”, en The Routledge Companion to Science Fiction, New York, Routledge,
2009, pp. 94-110: p. 96.
La ciencia ficción hispanoamericana: en los márgenes del credo católico 
nero ha tomado su origen de una revolución religiosa; es, por ende, una escritura idó-
nea para la puesta en escena de ideas de carácter religioso ya que se muestra favorable ha-
cia las especulaciones sobre la naturaleza de lo divino.
Para ilustrar este asunto, nos referiremos a tres cuentos compuestos por sendos escri-
tores hispanoamericanos, quienes se cuentan entre los practicantes más destacados del gé-
nero en la región. Estas obras son “Cuando Pilato se opuso”7 del chileno Hugo Correa
(1926-2008), “La Luz”8 del mexicano José Luis Zárate (1966) y “El monje y la galaxia”9
del colombiano René Rebetez (1933-1999).
En “Cuando Pilato se opuso”, Correa compone un relato de ciencia ficción basado
en el episodio bíblico en que Poncio Pilatos ha de juzgar a Jesucristo. Se relata en este
cuento que una expedición de hombres a bordo de la nave espacial “El tierra” atracó en
un planeta arenoso habitado por los dumis, unos seres espantosos semejantes a lombrices,
quienes inicialmente intentan oponer resistencia a los invasores pero pronto desisten, re-
signados, indefensos, reconociendo la inmensa superioridad de los humanos.
Luego, un grupo de estos seres lleva ante la presencia del capitán a uno de sus congé-
neres porque «se hace pasar por profeta. Como ha conseguido engatusar a una parte de
nuestro pueblo, deseamos que usted nos autorice para sacrificarlo ante el peligro de que se-
pare al pueblo dumi y acarree una guerra»10. Los hombres son puestos al tanto de que «la
doctrina del profeta parecía similar a la del Mesías terrestre: amor al prójimo, humildad, re-
chazo de los bienes materiales en beneficio de la vida eterna, etc.»11. En consecuencia, co-
mo le hace saber uno de sus subalternos, si ese dumi es de verdad el redentor, esto «signi-
ficaría, ni más ni menos, que usted estaría haciendo el papel de Poncio Pilato, capitán»12.
Sin embargo, en contravía a la decisión de Pilatos, el capitán resuelve negarse a acep-
tar el pedido de los dumis, a quienes desprecia profundamente. Estima que si ese mesías
es ejecutado, muchas de sus enseñanzas podrían popularizarse entre esos horribles seres,
lo que haría mucho más difícil convencer a los humanos en la Tierra, el planeta, de que
es necesario acabar con esa especie extraterrestre, tal y como desea llevar a cabo el capi-
tán una vez regrese allí. Por ello, les exige a los dumis que le hagan entrega del profeta.
Pero durante esta operación, los dumis logran dominar a la tripulación humana, inclui-
do el capitán. En realidad, la historia acerca del profeta ha sido inventada, fue ideada por
ellos para doblegar a los invasores. Uno de los dumis explica su estrategia:
¿Qué mejor que hacerles creer a los hombres que el Hijo de Dios había llegado a predicar sus doc-
trinas entre nosotros? El hombre no perdería la oportunidad de burlarse de Dios: en su retorcida
mente nacería la ocurrencia de oponerse al sacrificio del Redentor13
Los hombres son vencidos de esta manera. Infructuosamente, uno de los acompañantes
del capitán intentó alertarlo acerca de la impostura del profeta: «según las tradiciones bíblicas,
la redención, debido a su origen divino, no puede ser impedida por nadie»14. Pero estas ad-
vertencias llegan demasiado tarde, cuando los hombres han sido vencidos por su soberbia. Se
7 Hugo Correa, “Cuando Pilato se opuso”, en Cuando Pilato se opuso, Santiago, Editorial Universitaria, 1972.
8 José Luis Zárate, “La luz”, en Más allá de lo imaginado II, ed. Federico SCHAFFLER GONZÁLEZ, México, Tierra aden-
tro, 1991.
9 René Rebetez, “El monje y la galaxia”, en Ellos lo llaman amanecer y otros relatos, Bogotá, Tercer Mundo, 1996.
10 Correa, “Cuando Pilato” cit., p. 90.
11 Correa,“Cuando Pilato” cit., pp. 88-89.
12 Correa, “Cuando Pilato” cit., p. 91.
13 Correa, “Cuando Pilato” cit., p. 98.
14 Correa, “Cuando Pilato” cit., p. 99.
 Nelson Darío GONZÁLEZ DÍAZ
calcula que en unos doscientos años llegarán más humanos provenientes de la Tierra a ese
planeta, pero para ese entonces los dumis estarán esperándolos, ya muy bien preparados.
Siguiendo ahora con la siguiente narración, empecemos por mencionar que Zárate es-
cribe “La luz” en 1989, siendo este un relato donde el paradigma de ser hijo de Dios es
explorado desde un plano inusual. “La luz” está incluido en Más allá de lo imaginado, la re-
putada antología de escritores mexicanos de ciencia ficción que compiló en 1991 Federi-
co Schaffler González. Por tanto es un texto a través del cual tanto la obra de Zárate co-
mo la literatura mexicana contemporánea de ciencia ficción se ven bien representadas. La
narración entretiene la idea de la existencia de otros seres vivos en la galaxia, los ‘aurora-
nos’, cuyo mundo difiere del nuestro ante todo en materia teológica. Hacia esos lejanos
confines viaja en una nave espacial un grupo de científicos con el propósito de descifrar
qué tipo de seres son esos extraterrestres. Entre la tripulación se cuenta un sacerdote –al pa-
recer católico– quien, espantado, explica a sus compañeros que «los auroranos se conside-
raban Hijos de Dios. Hijos. Mírelos así, su teología, que a todo esto es, al mismo tiempo
su religión, su ciencia, su política y su arte, dice que eran niños, niños divinos que crece-
rían… ¡Hijos de Dios que serían Dios al crecer! ¡Herejía!»15.
Schaffler considera que Zárate escribe esta narración desde la perspectiva de «la crítica
religiosa y conquistatorial del poderoso sobre el débil»16, afirmación que es corroborada
por una de las pocas referencias en el cuento a la nave donde viaja la tripulación: «El Ma-
gallanes es una nave de guerra y ninguna de las misiones científicas que van a bordo mo-
difican este hecho»17. Más adelante se detalla que «llevábamos una Biblia, el Corán, las mil
religiones de nuestro mundo en un microcircuito, y un oscuro regalo, o más bien una he-
rejía a su raza religiosa: el concepto de la soledad»18. En todo caso, a pesar de haber reco-
rrido toda la galaxia, el Magallanes no se topó con vida sino hasta que advirtió ciertas
transmisiones de radio originadas desde Aurora, una estrella binaria habitada. La frase ini-
cial del texto es categórica: «viajábamos sumergidos en el tiempo de Aurora, navegando
en medio de sus transmisiones, hechos lanzados al espacio desde años diferentes, en el eco
de su historia»19. Los hechos son referidos a través de las diversas voces de miembros del
Magallanes. Hay también algunos párrafos entre paréntesis que introducen el monólogo
interior de alguno de ellos. En otras ocasiones, determinar exactamente quién habla es
una labor imposible. Por ejemplo, una de ellos informa que «hay dos Magallanes, dos gru-
pos diferentes: los religiosos y nosotros […] Estábamos solos y ésa era la prueba contun-
dente para ambos lados: Dios existe, Dios no existe»20. Inmediatamente se revela que la
lucha entre estos dos grupos es en realidad el aliciente detrás del proyecto de entrar en
contacto con los auroranos: «Ahora hay una raza religiosa al otro lado de la galaxia y es
momento de usarla para desequilibrar una balanza milenaria»21. Por lo tanto, la aventura
cósmica es una conquista religiosa encubierta tras la fachada de una expedición científica.
A medida de que se acercan a su destino final, las transmisiones los ponen rápidamente
al tanto de la historia de esos seres desconocidos. De esta manera, se enteran de la ocu-
rrencia hace muchos años de una guerra entre los Totales y los Otros, un enfrentamiento
en el que el concepto de la mensurabilidad de Dios fue esencial al parecer. Cuando cesan
15 Zárate, “La luz” cit., p. 56. Cursiva del original.
16 Federico SCHAFFLER GONZÁLEZ (ed.), Más allá de lo imaginado II, México, Tierra adentro, 1991, p. 50.
17 Zárate, “La luz” cit., p. 51.
18 Zárate, “La luz” cit., p. 52.
19 Zárate, “La luz” cit., p. 51.
20 Zárate, “La luz” cit., p. 53.
21 Zárate, “La luz” cit., p. 53.
La ciencia ficción hispanoamericana: en los márgenes del credo católico 
las transmisiones, la tripulación entiende que una de las estrellas del sistema binario estalló;
comprende que la nave llegará para no encontrar a nadie vivo. Hay aquí una marcada in-
tención de evaluar de forma crítica toda postura religiosa que acometa colonizar a otra.
Una vez en el espacio planetario de Aurora –siguiendo con el cuento– y a partir de los
escombros dejados, los navegantes intentan descifrar quiénes fueron esos seres que habita-
ron aquel distante paraje cósmico. Al llegar a un tercer planeta, algo tardan en descubrir
que es artificial: fue construido precisamente por la especie extinta. Hallan allí microcir-
cuitos que les permiten determinar que «según los auroranos no hay Libre Albedrío. To-
do es un acto de Dios y ellos, al ser parte de su Obra son, al mismo tiempo, parte de su
acción. Su libro sagrado, al contrario de los nuestros, sólo puede ser interpretado de una
forma»22. Luego, a medida que la exploración se extiende, establecen cuál era el propósi-
to funcional de ese tercer planeta; el sacerdote afirma que «toda la ciencia de Aurora está
contenida en él, es un artefacto religioso»; es «una trampa para atrapar a Dios»23.
El final es narrado por el único tripulante del Magallanes que resta, quien se apura a vol-
ver a la Tierra para contarles a sus congéneres lo que ha ocurrido. La explosión de la estre-
lla no había sido accidental, como en un inicio se pensó; fue necesaria en la construcción
del tercer planeta, el cual esconde una luz en su interior, con la que dio la tripulación y a la
que paulatinamente tomó por Dios. Sin embargo, el narrador clarifica que sus compañeros
se han equivocado: en realidad «esa luz no es Dios. Es Aurora. La esencia de sus almas»24. La
materia del universo se está reorganizando teniendo como centro esa luz. Con estas enig-
máticas palabras concluye el cuento: «El tercer planeta se abrirá pronto, en cuanto traiga a
los otros Hijos de Dios a su interior y entonces… sí, entonces nacerá la Luz. Nacerá Dios»25.
Este final, amén de ser misterioso, está abierto a múltiples interpretaciones. La tripu-
lación entera no ha podido resistirse a la Luz. Todos han terminado en el interior del pla-
neta artificial, todos excepto uno, el que viene en el Magallanes cumpliendo una «mi-
sión que es más importante que el Paraíso […] la de entregar la humanidad a la Luz»26.
En rigor, esta historia está construida sobre complejas irresoluciones: la identidad de al-
gunos de los hablantes, el origen de varios fenómenos, la validez de cuestionables hipó-
tesis religiosas, el abstruso final. Así, además de evidenciar una reflexión sobre el some-
timiento religioso implícito en la gesta de conquistar a otro, “La luz” parece ser un cuen-
to que renueva alegóricamente una especulación filosófica. Toma la premisa que sostie-
ne que cada uno de los seres es un hijo de Dios –premisa esencial del judeocristianismo–
y la lleva a la extravagante frontera de indagar, como tanteando su consistencia, ¿qué sig-
nifica literalmente ser ‘Hijos de Dios’? Interrogante que prefigura su anverso: ¿No somos
literalmente hijos de Dios? Y, si no lo somos, ¿qué puede significar eso: no serlo literalmente?
En el texto no hay respuestas; cada lector fraguará al final las suyas.
Finalmente, en el cuento “El monje y la galaxia”, publicado por Rebetez en 1996, el
protagonista es el padre Doménico, un monje que hace parte de una Orden religiosa con-
centrada en el convento de Sotto, un residuo medieval que durante las Cruzadas sirvió de
lugar de entrenamiento a caballeros místicos. La narración señala que «Los monjes del Sot-
to tienen dos votos de rigor: la sabiduría y la mudez»27. Por lo tanto, cada uno de estos
22 Zárate, “La luz” cit., p. 56.
23 Zárate, “La luz” cit., p. 58.
24 Zárate, “La luz” cit., p. 60.
25 Zárate,“La luz” cit., p. 61.
26 Zárate, “La luz” cit., p. 60.
27 Rebetez, “El monje” cit., p. 108.
 Nelson Darío GONZÁLEZ DÍAZ
religiosos son verdaderos archivos de los conocimientos de la humanidad, aun cuando
«ninguno de ellos posee la clave»28, es decir, la fórmula para articular armoniosamente to-
dos los saberes.
El protagonista enfrenta un dilema relacionado con su sed de conocimientos. Con el
tiempo, gracias a su dedicación, logra ser incluido entre los elegidos para defender la doc-
trina de su Orden, cuya principal consigna es «nuestro oficio sobre la Tierra es servir los in-
tereses del Todopoderoso»29. Por ende, el monje tiene acceso al Sanctus Cerebelum, un «san-
tuario electrónico», es decir, un computador que almacena conocimientos logrados a lo lar-
go de milenios. Sin embargo, el Sanctus Cerebelum tiene un límite y algunas preguntas están
vedadas. Doménico, contraviniendo esa prohibición, un día no resiste más y le formula la
pregunta que lo tiene obsesionado: «¿Quién entregó a Moisés las Tablas de la Ley?»30. El
computador se descompone al intentar dar con la respuesta. Por su desobediencia, el mon-
je es sometido a duras pruebas por años, sin que esto logre aplacar su curiosidad.
La pregunta formulada al Sanctus Cerebelum revela el peso que la tradición judeocris-
tiana tiene aquí. Todo aquel al tanto de la historia de Moisés y las tablas de la ley enten-
derá con facilidad que lo que el padre Doménico está indagando no es nada diferente
que la existencia misma de Dios. Sin embargo, el hecho de que la pregunta sea formu-
lada a través de esta paráfrasis apunta a una tradición religiosa con la que los lectores his-
panoamericanos pueden llegar a identificarse más fácilmente. El cuento pasa a describir
Zaphor, un mundo gigantesco en una recóndita galaxia sin nombre, lugar donde «vive
un Dios mayor y dioses secundarios que no solamente gobiernan la galaxia sino que han
creado buena parte de ella, los mundos artificiales, emplazados en circunstancias ideales,
en la encrucijada misma del tiempo y del espacio»31. En uno de estos mundos vive el rey
Seraphos, quien es el responsable inmediato de otros mundos lejanos y quien recibe una
comunicación telepática del ‘patrón’, advirtiéndole que ocurren problemas en un plane-
ta remoto porque al parecer alguien juega con el computador electrónico.
A continuación, se detalla cómo el monje Doménico, una vez que le son finalmente
levantados los castigos, le repite el mismo interrogante al computador antes de que este,
como tiempo atrás, vuelva a fallar estrepitosamente. En seguida, en un contexto confu-
so, se relata que el monje avanza por una extraña procesión y desde una ventana cree ver
una ciudad embrujada. Al final, entra a un recinto mientras un altavoz repite: «Necesi-
tamos vuestra fe inmaculada para alimentar nuestras fuentes de energía»32. Al final, se in-
sinúa que el rey Seraphos ha resuelto el problema que tenían. Los dioses no han de te-
mer más gestos de indisciplina.
La heterodoxia religiosa que distingue a este cuento es representativa del eclecticismo
característico en la obra de Rebetez. En el relato, la crítica a la religión organizada y el
carácter represivo que la distingue vienen de la mano con una especulación narrativa que
ofrece una justificación de Dios. En otras palabras, esta narración es una teodicea –un ar-
gumento del mal en el mundo–; según ella, los dioses gobiernan sus terruños cósmicos
desde la distancia, como señores feudales controlando a sus súbditos –de cuya fe a su vez
dependen– por medio de una organización burocrática que coordina a muchos otros se-
res celestiales, quienes están encargados, como cualquier rompehuelgas, de meter en cin-
28 Rebetez, “El monje” cit., p. 109. Cursiva del original.
29 Rebetez, “El monje” cit., p. 110.
30 Rebetez, “El monje” cit., p. 112.
31 Rebetez, “El monje” cit., p. 114.
32 Rebetez, “El monje” cit., p. 118.
La ciencia ficción hispanoamericana: en los márgenes del credo católico 
tura a todos los que se atreven a formular inapropiados interrogantes a los computadores
celestiales. Aquí Rebetez se sirve de la electrónica para dar cuenta y a la vez parodiar los
alcances de cualquier orden religiosa y su doctrina.
Para rematar, valga señalar que estas tres narraciones recrean episodios o motivos bí-
blicos, confiriéndoles sentidos nuevos al evaluarlos desde perspectivas ignotas. Puntuali-
zar sus pormenores se hace necesario porque estos cuentos –como buena parte de la
ciencia ficción hispanoamericana–consisten en una especulación filosófica y teológica
encubierta bajo el follaje de una inocente ficción. Estos tres cuentos, cada uno a su ma-
nera, ilustran cómo en Hispanoamérica son integradas ideas características del género de
la ciencia ficción con preocupaciones de carácter teológico, muchas propias de la doc-
trina católica, para estimular una reflexión crítica a este respecto. En ninguno de los
cuentos aquí tratados, el cientifismo33 es una opción narrativa. A diferencia de la pro-
ducción de ciencia ficción anglosajona donde numerosos autores subrayan el triunfo de
la ciencia sobre la religión, los escritores de ciencia ficción en Hispanoamérica han ten-
dido a crear ficciones donde estas dos categorías, lejos de excluirse, se complementan
aunque no sin ambigüedades.
De hecho, si consideramos el discurso religioso judeocristiano como un texto apun-
tado cuidadosamente en un libro, la ciencia ficción hispanoamericana asoma como ga-
rabatos libremente rasgueados en sus márgenes. Aquí estriba en términos religiosos el ca-
rácter marginal de la ciencia ficción hispanoamericana, pues es una expresión literaria
producida en un medio católico –escrita por autores y para públicos entendidos en esta
simbología religiosa– que socava muchas creencias en las que se fundan las sociedades de
su tiempo. Esta actitud crítica, con todo, suele ser ambigua: las concepciones religiosas
son reafirmadas a pesar de ser al mismo tiempo objeto de parodia o crítica. Así, si bien
estas obras se muestran irreverentes y hasta cierto punto son iconoclastas, no rebasan del
todo los modelos de que se desprenden, terminando por salvaguardar la tradición here-
dada en la recreación de sus ideas más preponderantes. En consecuencia, el monoteísmo
y los motivos judeocristianos ejercen una acentuada influencia en estos ejercicios espe-
culativos, de su campo de atracción es muy difícil escapar.
Resumen: Este ensayo llama la atención sobre los vínculos entre ciertos principios de la teología católica y los escritos de
ciencia ficción por autores hispanoamericanos. A través del examen de tres cuentos, propone que la producción de cien-
cia ficción ha servido repetidamente en Hispanoamérica como canal para una serie de ideas relacionadas con el dogma re-
ligioso. Se arguye que la posición marginal que ocupa este género frente al canon literario dominante les permite a los tex-
tos subvertir el control de los censores, siendo posible así explorar en ellos una vasta gama de alternativas religiosas.
Palabras clave: Ciencia ficción hispanoamericana, literatura y religión.
Abstract: This paper draws attention to the connections between certain principles of Catholic theology and the sci-
ence fiction writings by Spanish American authors. By examining three short-stories, it proposes that the science fiction
production has repeatedly served in Spanish America as a channel for a series of challenging ideas concerning religious
dogma. It is argued the marginal position that this genre has occupied in relation to the dominant literary canon enables
texts to subvert the censors’ control, thus allowing them to explore a vast range of religious alternatives.
Keywords: Spanish-America science fiction, literature and religion.
33 Escuela filosófica que considera como válidos exclusivamente a los juicios derivados de las ciencias naturales.